Los rápidos latidos del corazón de un bebé recién nacido son normales. Mientras la frecuencia de un adulto es de 60 a 80 latidos por minuto (lpm), la de los bebés suele ser entre 120 y 160 llm. Al mes de nacido, suele presentar de 100 a 150 lpm, a los dos años de entre 85 y 125 llm, a los cuatro años de 75 a 115 llm, a los 6 años de 65 a 100 lpm. El corazón de los pequeños late con más frecuencia porque es aún inmaduro.
Aparte del cambio que se produce en la circulación y en la oxigenación de la sangre, también se conoce que las células del corazón de un bebé son de menor tamaño y no están organizadas como las de los adultos. La frecuencia del latido aumenta para que el oxígeno llegue a los tejidos y haga con que todo funcione como es debido, para los niños. Otro de los muchos “milagros” que realiza el cuerpo humano.