¿Cuál será el camino? ¿A dónde vamos? ¿Qué queremos? ¿Somos nosotros quienes estamos destinados a mostrar el camino a nuestros hijos?
Yo creo que sí, desde el momento de la concepción y hasta que llegue el día en que ellos encuentren su destino.
¿De qué manera? Dándoles las herramientas necesarias para poder encontrar el sentido a su vida; en un mundo que distrae, que tiende a generar un deseo constante de buscar la felicidad fuera de nosotros mismos.
Porque todo lo que es verdaderamente valioso en la vida no se ve, no se compra, no se vende a ningún precio y en ningún lugar. El amor, la justicia, la armonía.
Cada ser humano es como un animal en peligro de extinción, no hay ninguno igual, encontrarnos y conocernos es un milagro. Es por eso, que para mí los hijos son el mayor regalo para vernos a nosotros mismos,.
Qué pasaría si me diera la oportunidad de conocerlo, de ver que es único e irrepetible, que tiene una misión de vida distinta a la mía, que sabe qué quiere, que es capaz de encontrar su destino, que tiene la fuerza para triunfar, para salir adelante y sobre todo para confiar en sí mismo.
Lo que es verdad para nosotros, terminará siendo verdad para nuestros hijos, las ideas que nos limitan, las ideas que nos expanden, las ideas que nos hacen felices y las que nos hacen infelices lo serán para ellos también.
Es importante ser consciente de esto y auto observarnos como padres, preguntarnos a dónde vamos, qué queremos transmitir a nuestros hijos, ¿amor y aceptación o culpa y rechazo? el amor por uno mismo se aprende todos los días, aceptándonos a nosotros mismos, reconociendo que venimos a esta vida a aprender y que cada fracaso es un paso al camino del éxito en cualquier meta que nos propongamos, al ser padres nos convertimos en guías y maestros, buscando en el mejor de los casos que nuestros hijos confíen en sí mismos.
Somos nosotros el espejo de la confianza, la responsabilidad y la alegría de vivir, busquemos maneras de comunicarnos con nuestros hijos tratando de guiarlos, instruirlos e inspirarlos a alcanzar su máximo potencial, reconociendo sus virtudes.
La felicidad se elige en cada respiro, somos nosotros responsables de nuestra propia felicidad.
Lo más valioso de la vida no se ve, no se oye, no se compra, por eso es tan valioso estar atento en este mundo que nos distrae a cada segundo. Gracias por tomarte el tiempo para leer esto.
Melissa Flores Alcántara